jueves, 3 de diciembre de 2009

UNA VIDA VALE 83 MIL PESOS



Paco Luciano Vigueras Silva
Hoy me ha tocado ser testigo de una injusticia, una injusticia que no puede quedar impune y por la cual les pido su apoyo para difundirla, esta es la historia.
El pasado sábado 7 de noviembre Octavio Camacho Pérez, y su señora madre Florinda Pérez Arce regresaban a Cintalapa, su lugar de origen, luego de hacer algunas actividades en Tuxtla Gutiérrez.
Ellos circulaban por la carretera de Ocozocoautla en el Libramiento Sur Poniente a la altura del crucero conocido como el Tzu-tzu, cuando una camioneta propiedad de la Policía Auxiliar de Ocozocoautla que circulaba a exceso de velocidad y sin precaución los embistió causando que el Volkswagen quedara destrozado por el frente lo que originó graves y mortíferos golpes a sus ocupantes.
Testigos de los hechos aseguran que el chofer de la patrulla auxiliar con número económico PA-055 de nombre Limberg Santos Castro iba en completo estado de ebriedad.
Nuestro amigo Octavio Camacho Pèrez desgraciadamente tuvo que soportar, consciente, el dolor de sus fracturas de pierna, brazos, costillas, cadera, pelvis, la perforación de un pulmón y otros órganos internos; por más de una hora antes de ser hospitalizado ya que el impacto fue de tal magnitud que los rescatistas no podían liberarlo de los fierros retorcidos del vehículo.
Él mismo y quienes estuvieron presentes en ese lugar constataron que Limberg Santos Castro estaba bajo los influjos del alcohol, manejando un vehículo oficial a exceso de velocidad, sin precaución y sin uniforme.
Como es posible que el Gobierno del Estado promueva los mensajes de “si tomas no manejes y si manejas no tomes” a través de los medios de comunicación, y que sean los mismos policías, encargados de nuestra seguridad, los incumplan con estos .
Al parecer vale más un uniformado que la vida de Octavio Camacho Pérez, quien también era empleado de gobierno, porque a cinco días después de haber cometido este delito, Limberg Santos Castro ya camina libre y tranquilamente por las calles.

Desafortunadamente los responsables de velar por nuestra seguridad se han encargado de eliminar toda evidencia de este acto y en los peritajes no reflejaron el hecho del influjo de bebidas embriagantes, de hecho el accidente ocurrió a las 11:45 am y el examen para determinar si iba en estado de ebriedad, practicado por el Dr. Samuel Uriel Contreras Figueroa, se realizó a las 6:00 pm, es decir 6 horas después y únicamente se le revisó a través del alcoholímetro sin practicarse la prueba de sangre.
Otra de las negligencias es que elementos de la Policía Federal Preventiva de nombres PF. Víctor Pérez Gómez y el sargento primero PF. Ashley Rincón Suriano protegieron a Limberg Santos Castro encerrándolo en la patrulla de la PFP para que nadie más pudiera atestiguar del estado de ebriedad en el que se encontraba.
De todos estos hechos hay testigos dispuestos a declarar y a encarar todas estas irregularidades que se han presentado como la información que circuló en un medio local en el que aseguraron que la patrulla se impactó por esquivar otro vehículo y que dentro de la unidad iban dos menores, si esto hubiera sido cierto con el impacto seguramente los niños hubieran quedado gravemente heridos y ¿qué hacían en una unidad oficial en horario laborable?, como según lo publicó un periódico.
Reiteramos que cuando otros conductores que circulaban por esa carretera se pararon auxiliar en el accidente aseguraron que Limberg Santos Castro iba a exceso de velocidad y rebasando sin precaución.
Posteriormente, ese mismo sábado, al iniciar el proceso quirúrgico, nuestro amigo Octavio Camacho Pérez falleció, las múltiples fracturas y la pérdida de sangre le provocaron primero una trombosis que lo llevó a que entrara en estado de coma y posteriormente le sobrevinieron dos infartos…que ya no pudo resistir!
La señora Florinda Pérez Arce, aún sin saber lo ocurrido con su hijo, sigue hospitalizada en un estado de salud muy grave, luchando para salvar su vida luego de sufrir fracturas en la pierna, cadera, femur, brazo, nariz y costillas.

A días de este lamentable hecho nos enteramos que pese a su irresponsabilidad Limberg Santos Castro quedó en libertad luego de pagar una fianza de 83 mil pesos por el fallecimiento de Octavio Camacho Pèrez y los daños ocasionados al vehículo.
¿83 mil pesos vale una vida?, ¿Es válido que una persona irresponsable pueda volver a circular en las calles poniendo en peligro a los demás?, ¿Es justo que este hecho quede impune sólo por el poder que otorga pertenecer a una corporación policiaca?, ¿Es válido destrozar la vida de una familia por haberse ido a disfrutar de bebidas embriagantes?, ¿en dónde está la justicia?
Quienes conocimos a Tavo sabemos que esta pérdida es irreparable, quienes convivimos con él sabemos lo doloroso que es ya no tener su presencia, nos privaron de una persona amante de su familia, comprometida con sus amigos, de un ser humano que le gustaba hacer reír y hacer sentir bien a quienes estaban a su alrededor, quienes tuvimos el privilegio de conocerlo sabemos de su calidad como persona.
Hasta el día de hoy el Ayuntamiento de Ocozocoautla no se ha acercado a la familia para por lo menos ayudar con los gastos de hospitalización y hacerse responsable por un hecho realizado por uno de sus elementos en vehículo oficial y en horario de trabajo.
Pedimos tu ayuda para que reenvies este mail y este hecho sea conocido por la mayor cantidad de personas posibles, para ver si así las autoridades competentes toman cartas en el asunto y aplican la ley sin distingos.

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