jueves, 23 de agosto de 2012

A CONTINUACION LA COLUMNA DE VINICIO PORTELA PUBLICADA EN SU BLOG http://vinicioportela.blogspot.mx/

Una defraudadora llamada Elizabeth Cruz Alva En Síntesis… Una defraudadora llamada Elizabeth Cruz Alva Vinicio Portela Hernández Elizabeth Cruz Alva, representante de la empresa Distribuidora Farrera, es una enganchadora de micro empresarios que los utiliza para obtener bienes a fin de venderlos a instituciones públicas sin que pague los costos de los bienes. Esta práctica fraudulenta ha afectado a decenas de vendedores y la ha traído altos beneficios económicos, ya que entra a licitaciones, siendo intermediaría en las ventas entre los particulares y las instituciones públicas. SU “MODUS OPERANDI” Cruz Alva, se apoya en personal del Gobierno para hacerse de vínculos con los comerciantes, entre ellos, a los que más socorre son a los encargados de compras. Estos servidores públicos, la presentan como si fuera una “amiga” que está bien “parada” y cuanta con altas influencias, para que la apoye con las cotizaciones y así poder hacer con ella los negocios con el sector público mientras que les proveen mercancía a crédito. O sea un “coyote”. Luego de varias visitas y pequeñas compras, como de tonner o papelería, Elizabeht Cruz ya empiezan a pedir productos de mayor valor, como puede ser computadoras, laptops y equipo de oficina. La representante de la empresa Distribuidora Farrera, solventaba estas compras con cheques pos fechados, aludiendo que el Gobierno le tardaba en pagar, y con ello, se podía tener una garantía que se finiquitaría al adquisición. Esta forma de hacer los negocio le es muy efectiva, ya que varios micro empresarios cayeron en el alto poder de convencimiento de Cruz Alva, a demás de estar siempre apoyada por empleados de gobierno los cuales aseguraban que esa empresa era de “fiar” y por ello podrían hacer muy buenas inversiones con las autoridades, ya que contaba con amplia experiencia en licitaciones públicas. Entre esos empleado se encuentran, Norma Aurora Viaña, quien trabajaba como Jefa de Recursos Financieros de la Promotora de la Vivienda de Chiapas, y Alfonso Espino Liévano, ex Jefe de Departamento de Recursos Materiales de la Secretaría de Hacienda. Estos servidores públicos, eran los que avalaban las compras de Cruz Alva ante los empresarios. Ante esta recomendación, las empresas no dudaron en realizar las ventas a la Distribuidora Farrera y siguieron dándole el crédito por varios millones de pesos con la promesa de pago y cheques pos fechados con un máximo de 15 días. Pero los cheques siempre salían “rebotados” del banco Banamex, donde tiene varias cuentas Elizabeth Cruz, las utiliza para “dar largas” a sus acreedores, diciéndoles que se había equivocado de cuenta y otorgaba otro documento con fecha a pagar a quince días mientras que pedía más mercancía. Luego de un mes y de varías prorrogas con cheques de “hule”, Cruz Alva se desaparece, no contesta los teléfonos y hasta cambia de domicilio sus oficinas, por lo que los micro empresarios no pueden comprarles y lo más raro, es que el propio banco no quiere certificar que los cheques no tienen fondo y a nombre de quién esta la cuenta, pese a que vienen impreso todos estos datos en los documento pagaderos. EL FRAUDE Elizabeth Cruz Alva continúa con su “negocio”, licitando ventas con las autoridades públicas y defraudando, sin embargo, cuanta con más de 20 demandas penales interpuestas en la Procuraduría General de Justicia del Estado, de las cuales, de manera extraña, ninguna ha procedido, aún cuando las víctimas han presentado pruebas irrefutables de su comportamiento delincuencial ante el Ministerio Público. Al mismo tiempo, el Banco Nacional de México ha negado certificar que los cheques han sido “rebotados”. Banamex a través de su abogado del Departamento Jurídico, Iván Robles, pretexta que se está vulnerado la secrecía de su clienta. Sin embargo, esto no es cierto, ya que en Banorte pudieron expedir dicho documento que prueba que los cheques no cuentan con fondos para ser cobrados, y los cuales, son un punto esencial en los procesos penales que se le siguen a Cruz Alva. Hasta en este momento, la empresa Distribuidora Farrera sigue operando con la impunidad que representa la de no hacer valer el estado de derecho, que afecta el patrimonio de los micro empresarios chiapanecos. Elizabeth Cruz Alva, es considerada entre las instituciones gubernamentales una de sus principales acreedoras, a quien le compran equipo de computo, oficinas y consumibles por millones de pesos, esto a base del sufrimiento económico de los empresarios, quienes se sienten en estado de indefensión al ver cuartado su patrimonio y muchos de ellos hasta tienen problemas legales con sus distribuidores por deudas causadas al comportamiento fraudulento de la Distribuidora Farrera y que los puede llevar a perder su libertad y los pocos bienes que le quedan a ellos y sus familiares. Los afectados, piden que la justicia llegue pronto, sabedores que Elizabeth Cruz Alba sigue en la calle buscando más víctimas para seguir delinquiendo y engañando hasta a las autoridades gubernamentales, que de buena fe, creen en la palabra y supuesto prestigio de la Distribuidora Farrera, cuando en realidad es un disfraz para ocultar una red de complicidades para timar a los micro empresarios chiapanecos, que con esfuerzos forjaron un patrimonio que ahora está vulnerado y ven como se les va de las manos por confiar en una defraudadora. Por lo que la autoridad de procuración de justicia tendrá que poner cartas sobre este asunto y llamar a cuentas a Elizabeth Cruz Alva, antes de que esta cadena de corrupción siga adelante en detrimento a los micro empresarios. CLASES DE DERECHO Esta pequeña historia me la mandaron a mi correo electrónico, espero sea de su agrado. Para este “tundeteclas” fue una muy buena reflexión: Una mañana, cuando nuestro nuevo profesor de "Introducción al Derecho" entró en la clase lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un alumno que estaba sentado en la primera fila: - ¿Cómo te llamas? Me llamo Pedro, señor. -¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el desagradable profesor. Pedro estaba desconcertado. Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase. Todos estábamos asustados e indignados, pero nadie dijo nada. Está bien. ¡Ahora sí!. ¿Para qué sirven las leyes?... Seguíamos asustados; pero, poco a poco, comenzamos a responder a su pregunta: -"Para que haya un orden en nuestra sociedad". -"¡No!" - contestaba el profesor. -"Para cumplirlas". "¡No!" -"Para que la gente mala pague por sus actos". -"¡¡No!! ¿Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta?!"... -"Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica." ¡Por fin! Eso es... para que haya justicia. Y ahora ¿Para qué sirve la justicia?" Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera. Sin embargo, seguíamos respondiendo: "Para salvaguardar los derechos humanos" "Bien, ¿Qué más?" decía el profesor. "Para discriminar lo que está bien de lo que está mal"...Continúen... "Para premiar a quien hace el bien." Ok, no está mal; pero... respondan a esta pregunta: ¿Actué correctamente al expulsar de la clase a Pedro?... Todos nos quedamos callados, nadie respondía. Quiero una respuesta decidida y unánime. ¡¡No!!- dijimos todos a la vez. ¿Podría decirse que cometí una injusticia? -¡Sí!- Entonces...¿Por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica? Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia. Todos. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más! Vete a buscar a Pedro- dijo mirándome fijamente. Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Derecho Una defraudadora llamada Elizabeth Cruz Alva En Síntesis… Una defraudadora llamada Elizabeth Cruz Alva Vinicio Portela Hernández Elizabeth Cruz Alva, representante de la empresa Distribuidora Farrera, es una enganchadora de micro empresarios que los utiliza para obtener bienes a fin de venderlos a instituciones públicas sin que pague los costos de los bienes. Esta práctica fraudulenta ha afectado a decenas de vendedores y la ha traído altos beneficios económicos, ya que entra a licitaciones, siendo intermediaría en las ventas entre los particulares y las instituciones públicas. SU “MODUS OPERANDI” Cruz Alva, se apoya en personal del Gobierno para hacerse de vínculos con los comerciantes, entre ellos, a los que más socorre son a los encargados de compras. Estos servidores públicos, la presentan como si fuera una “amiga” que está bien “parada” y cuanta con altas influencias, para que la apoye con las cotizaciones y así poder hacer con ella los negocios con el sector público mientras que les proveen mercancía a crédito. O sea un “coyote”. Luego de varias visitas y pequeñas compras, como de tonner o papelería, Elizabeht Cruz ya empiezan a pedir productos de mayor valor, como puede ser computadoras, laptops y equipo de oficina. La representante de la empresa Distribuidora Farrera, solventaba estas compras con cheques pos fechados, aludiendo que el Gobierno le tardaba en pagar, y con ello, se podía tener una garantía que se finiquitaría al adquisición. Esta forma de hacer los negocio le es muy efectiva, ya que varios micro empresarios cayeron en el alto poder de convencimiento de Cruz Alva, a demás de estar siempre apoyada por empleados de gobierno los cuales aseguraban que esa empresa era de “fiar” y por ello podrían hacer muy buenas inversiones con las autoridades, ya que contaba con amplia experiencia en licitaciones públicas. Entre esos empleado se encuentran, Norma Aurora Viaña, quien trabajaba como Jefa de Recursos Financieros de la Promotora de la Vivienda de Chiapas, y Alfonso Espino Liévano, ex Jefe de Departamento de Recursos Materiales de la Secretaría de Hacienda. Estos servidores públicos, eran los que avalaban las compras de Cruz Alva ante los empresarios. Ante esta recomendación, las empresas no dudaron en realizar las ventas a la Distribuidora Farrera y siguieron dándole el crédito por varios millones de pesos con la promesa de pago y cheques pos fechados con un máximo de 15 días. Pero los cheques siempre salían “rebotados” del banco Banamex, donde tiene varias cuentas Elizabeth Cruz, las utiliza para “dar largas” a sus acreedores, diciéndoles que se había equivocado de cuenta y otorgaba otro documento con fecha a pagar a quince días mientras que pedía más mercancía. Luego de un mes y de varías prorrogas con cheques de “hule”, Cruz Alva se desaparece, no contesta los teléfonos y hasta cambia de domicilio sus oficinas, por lo que los micro empresarios no pueden comprarles y lo más raro, es que el propio banco no quiere certificar que los cheques no tienen fondo y a nombre de quién esta la cuenta, pese a que vienen impreso todos estos datos en los documento pagaderos. EL FRAUDE Elizabeth Cruz Alva continúa con su “negocio”, licitando ventas con las autoridades públicas y defraudando, sin embargo, cuanta con más de 20 demandas penales interpuestas en la Procuraduría General de Justicia del Estado, de las cuales, de manera extraña, ninguna ha procedido, aún cuando las víctimas han presentado pruebas irrefutables de su comportamiento delincuencial ante el Ministerio Público. Al mismo tiempo, el Banco Nacional de México ha negado certificar que los cheques han sido “rebotados”. Banamex a través de su abogado del Departamento Jurídico, Iván Robles, pretexta que se está vulnerado la secrecía de su clienta. Sin embargo, esto no es cierto, ya que en Banorte pudieron expedir dicho documento que prueba que los cheques no cuentan con fondos para ser cobrados, y los cuales, son un punto esencial en los procesos penales que se le siguen a Cruz Alva. Hasta en este momento, la empresa Distribuidora Farrera sigue operando con la impunidad que representa la de no hacer valer el estado de derecho, que afecta el patrimonio de los micro empresarios chiapanecos. Elizabeth Cruz Alva, es considerada entre las instituciones gubernamentales una de sus principales acreedoras, a quien le compran equipo de computo, oficinas y consumibles por millones de pesos, esto a base del sufrimiento económico de los empresarios, quienes se sienten en estado de indefensión al ver cuartado su patrimonio y muchos de ellos hasta tienen problemas legales con sus distribuidores por deudas causadas al comportamiento fraudulento de la Distribuidora Farrera y que los puede llevar a perder su libertad y los pocos bienes que le quedan a ellos y sus familiares. Los afectados, piden que la justicia llegue pronto, sabedores que Elizabeth Cruz Alba sigue en la calle buscando más víctimas para seguir delinquiendo y engañando hasta a las autoridades gubernamentales, que de buena fe, creen en la palabra y supuesto prestigio de la Distribuidora Farrera, cuando en realidad es un disfraz para ocultar una red de complicidades para timar a los micro empresarios chiapanecos, que con esfuerzos forjaron un patrimonio que ahora está vulnerado y ven como se les va de las manos por confiar en una defraudadora. Por lo que la autoridad de procuración de justicia tendrá que poner cartas sobre este asunto y llamar a cuentas a Elizabeth Cruz Alva, antes de que esta cadena de corrupción siga adelante en detrimento a los micro empresarios. CLASES DE DERECHO Esta pequeña historia me la mandaron a mi correo electrónico, espero sea de su agrado. Para este “tundeteclas” fue una muy buena reflexión: http://vinicioportela.blogspot.mx/ Una mañana, cuando nuestro nuevo profesor de "Introducción al Derecho" entró en la clase lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un alumno que estaba sentado en la primera fila: - ¿Cómo te llamas? Me llamo Pedro, señor. -¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el desagradable profesor. Pedro estaba desconcertado. Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase. Todos estábamos asustados e indignados, pero nadie dijo nada. Está bien. ¡Ahora sí!. ¿Para qué sirven las leyes?... Seguíamos asustados; pero, poco a poco, comenzamos a responder a su pregunta: -"Para que haya un orden en nuestra sociedad". -"¡No!" - contestaba el profesor. -"Para cumplirlas". "¡No!" -"Para que la gente mala pague por sus actos". -"¡¡No!! ¿Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta?!"... -"Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica." ¡Por fin! Eso es... para que haya justicia. Y ahora ¿Para qué sirve la justicia?" Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera. Sin embargo, seguíamos respondiendo: "Para salvaguardar los derechos humanos" "Bien, ¿Qué más?" decía el profesor. "Para discriminar lo que está bien de lo que está mal"...Continúen... "Para premiar a quien hace el bien." Ok, no está mal; pero... respondan a esta pregunta: ¿Actué correctamente al expulsar de la clase a Pedro?... Todos nos quedamos callados, nadie respondía. Quiero una respuesta decidida y unánime. ¡¡No!!- dijimos todos a la vez. ¿Podría decirse que cometí una injusticia? -¡Sí!- Entonces...¿Por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica? Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia. Todos. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más! Vete a buscar a Pedro- dijo mirándome fijamente. Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Derecho.