lunes, 29 de abril de 2013

LADY PROFECO

El viernes pasado, Andrea Benítez González, hija del titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Humberto Benítez Treviño, fue protagonista de un escándalo, pues intentó cerrar un restaurante —usando a funcionarios de esa procuraduría— por haberla hecho esperar mesa, cuando no contaba con reservación. La noticia, que trascendió este domingo, ha generado fuertes críticas por parte los usuarios de las redes sociales. Por ejemplo, en Twitter el hashtag #LadyProfeco se ha convertido en uno de los más comentados del día. La comunidad tuitera le reclama su “prepotencia”, y el que su papá –el Procurador–, permita el uso de esa dependencia para favorecer sus “caprichos”. De acuerdo con una nota que publica este domingo el periódico Reforma, Gabriela López, dueña del restaurante Maximo Bistrot, en Tonalá 133, Colonia Roma, DF, declaró que la joven llegó la tarde del viernes al lugar; sin embargo, no contaba con reservación y le pidieron que esperara, a lo que la mujer respondió con amenazas. “La señorita se molestó, dijo que a ella ya le tocaba y que ella también quería afuera. Le expliqué que teníamos que seguir el orden y que le podía ofrecer una mesa adentro, y me empezó a amenazar y me dijo que su papá era el Procurador y que le iba a hablar y que a ver a quién le creían más”, indicó López al diario. Horas después, tres inspectores de la Profeco llegaron al lugar y colocaron tres sellos de clausura por presuntas irregularidades en el sistema de reservaciones y el mezcal que ahí se vende. Por su parte, Benítez González en su cuenta de Twitter se quejó del servicio del restaurante ese mismo viernes. Foto:Twitter Pese a que había cerrado su cuenta, Benítez hizo presencia en Twitter la tarde de este domingo para ofrecer disculpas tanto a los dueños del restaurante, como a los usuarios de la red del microblogging. Asimismo, publicó su versión de los hechos. Mauro Ángel Vera Romero, abogado de la dueña del lugar, explicó a Reforma que los inspectores comenzaron a hostigar a los comensales y ellos los increparon. Luego de una breve observación, los funcionarios sellaron el lugar sin importar que había personas dentro. Posteriormente desaparecieron del inmueble. No obstante, los trabajadores y los clientes impidieron que los inspectores se fueran, argumentando que no se trataba de una revisión oficial y que tenían que aclarar la situación. Al lugar llegaron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), pero los funcionarios no salieron de su camioneta hasta que llegó personal del área jurídica de la Profeco. Según el jurista Vera, los inspectores levantaron el acta cuatro horas después y se marcharon.