Una turba de ciudadanos enardecidos del municipio de San Lucas sacaron a la fuerza de su domicilio particular al presidente municipal Pedro Hernández Gutiérrez, así como al tesorero Octavio Domínguez, y los amarraron en plaza central, debido a que carecen de agua potable desde hace casi diez días.
En los hechos, enloquecidos y fuera de control los ciudadanos destrozaron en el interior de la casa de la autoridad municipal, sacaron su ropa y le prendieron fuero, además de que también destrozaron automóviles, propiedad de Hernández Gutiérrez.
Todo se deriva debido a que la colonia Francisco Villa – a 20 minutos de la cabecera municipal, para presionar al presidente con que cumpla lo que les prometió cuando buscaba ser alcalde, cerraron la lleva de paso del conducto por el que se abastece la cabecera municipal de agua.
Esto ha sido la gota que derramó el vaso, porque el pueblo ya estaba cansado de tolerar la falta de respuesta de atención a las necesidades del pueblo, según versiones de los ciudadanos, quienes se reservaron sus nombres argumentando que lo hacen por su propia seguridad, ya que conociendo al presidente municipal podría tomar represalias en su contra.
Dijeron que de manera recurrente se venía presentando la situación de carencia de agua, prácticamente desde el inició de la actual administración del gobierno municipal, pero esta vez se prolongaron los días, lo que desesperó a la gente y le exigió al alcalde darle solución a la problemática.
El lunes por la noche el alcalde convocó a una reunión de colonos para tratar de descargar responsabilidad en los propios ciudadanos, ya que les propuso que se organizaran para ir en comisiones a exigirle a la comunidad que los tenía sin agua, ya que de su parte no tenía nada que hacer.
Uno de los ciudadanos intentó dar su opinión, pero haciendo gala de su prepotencia y poderío de gobernante el alcalde mandó a sacarlo casi a rastra con los policías municipales, en tanto el tesorero como queriendo asustar al grupo de hombres y mujeres realizó disparos con arma de fuego en el techo del hogar del alcalde, desde donde también fueron lanzados gases lacrimógenos.
Esto irritó a la población que se reorganizó, y a eso de las dos de la mañana logró sacar amarrado al alcalde y al tesorero, quienes fueron llevados casi a rastras hasta el zócalo de San Lucas, donde los mantuvieron hasta casi las tres de la tarde, una vez que dialogaron con funcionarios del gobierno que se presentaron.
Durante la madrugada y parte del día en que estuvo amarrado el alcalde, policías estatales únicamente se mantuvieron a la expectativa, sin intervenir, lo cual creen los pobladores que es una muestra de que nadie metería las manos por este alcalde, quien se ha ganado el repudio de su pueblo, ya que por cualquier cosa lo primero que ha hecho es instruir órdenes de aprehensión en contra de quienes le exigían o estuviesen en desacuerdo con sus ideas. ASICh
